El foco de una situación de hostigamiento: LA ENVIDIA

El móvil que inicia el proceso y de lo que se alimenta el acoso es la envidia.

La envidia es una emoción que intoxica nuestras relaciones interpersonales, nuestra forma de conectar con quienes nos rodean. El envidioso tiene una gran dificultad para celebrar los éxitos de los demás, ya que realiza una comparación inmediata en la que siempre sale perdiendo.

Todos tenemos metas y sueños, podemos optar por admirar o envidiar a las personas que los han logrado. La envidia es la reacción tóxica de esa admiración. La envidia te hace desear lo que el otro tiene tanto a nivel personal y profesional y, en consecuencia, buscar destruir a esa persona.

La envidia duele, quema, descubre al envidioso acosador su imagen real. El acosado (envidiado) le pone frente al espejo de su verdad, recordándoles su miserable vida emocional o profesional, por ello su finalidad es destruir y arrancar la capacidad afectiva y emocional de su víctima. Resultado de ello que la víctima deja de disfrutar de las cosas o personas como hacía antes, no está motivada en el trabajo, está tristes, no tienen ganas de hacer nada, piensan que es “el error”, que el culpable” soy yo”. En realidad lo que pasa que el envidioso se siente amenazado por el envidiado.

Las víctimas de una situación de hostigamiento en el trabajo preguntáis que, por qué sois los elegidos, espero que entendáis que sois INOCENTES que os ha ocurrido por lo que representáis para el agresor.

Envidia lo que eres y él nunca podrá conseguir ser.